Ser mujer, maternar y estar presa: la tormenta perfecta
DOI:
https://doi.org/10.64178/rpjjrn94Palabras clave:
mujeres, madres encarceladas, personas gestantes, perspectiva de género, menores de edadResumen
El sistema penitenciario está diseñado para hombres, lo que agrava las dificultades que enfrentan las mujeres encarceladas, especialmente en relación con un derecho invisibilizado: el del ejercicio de la maternidad. Argentina prevé normas que consideran a las mujeres privadas de libertad en su rol maternal: posibilidad de convivencia en la unidad penal con sus hijos/as de hasta 4 años y posibilidad de detención domiciliaria para el cuidado de hijos/as de hasta 5. Sin embargo, éstas, por una parte, refuerzan estereotipos de género volviéndose en su contra cuando ellas no encajan en el estereotipo de buena madre; por otra parte, lo que resulta grave, esas normas no abarcan a la inmensa mayoría de sus hijos/as quienes, no cumpliendo con los requisitos de esos institutos, quedan residiendo extramuros, lejos de sus madres. Si la mujer detenida es responsable única del cuidado de sus hijos/as, la situación de éstos se vuelve doblemente dramática.
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